Sponcify, por Carlos Poncini
La espera ha merecido la pena. Siete largos años han pasado desde el último disco de The Strokes, aquel irregular “Comedown Machine” (13). La historia de los de la Gran Manzana está llena de altibajos, es lo que tiene haber empezado la casa por el tejado. Su disco de debut “Is This It” (01) marcó un hito en la historia del rock actual y desde entonces la travesía en el desierto ha sido larga y tortuosa, en donde han ido alternando aciertos con grandes decepciones a medida que han ido publicando nuevos trabajos.
Sin embargo, ahora que sus cabezas pensantes Julian Casablancas y Albert Hammond Jr. se han convertido en unos cuarentones y han probado suerte en solitario o en otros proyectos paralelos, con mayor o menor fortuna, parece que les ha servido de acicate para dar nuevos bríos a la banda y reverdecer viejos laureles.
En esta nueva entrega dejan a un lado la experimentación que les había llevado a un callejón sin salida casi de no retorno. Vuelve la esencia del grupo, las guitarras eléctricas afiladas, los “sintes” ochenteros, las melodías pegadizas y la actitud gamberra de sus comienzos. El afamado productor Rick Rubin les acompaña en esta nueva andadura y la mano del mago se nota.
La mayoría de los temas que componen este “The New Abnormal” rayan a gran nivel, salvo alguna contada excepción, como por ejemplo la marciana “At The Door”. Esto, junto al minutaje algo excesivo de las composiciones hace que esta nueva entrega se quede en el notable alto y no llegue al sobresaliente. “The Adults Are Talking” que abre de forma magistral el disco, la ochentera “Bad Decisions”, las baladitas “Selfles” y “Ode To The Mets”, y sobre todo el trallazo discotequero de “Brooklyn Bridges To The Chorus” seguro que pronto engrosarán la nómina de clásicos de la banda.
En definitiva, ramalazos que vislumbran que está de vuelta uno de los mejores grupos de rock de las dos últimas décadas; ojalá sea para quedarse.