La última película de Quentin Tarantino es en realidad dos películas. La primera es una historia sobre un actor, interpretado por Di Caprio, que comienza el declive de su carrera. Una estrella que ve como su intensidad se va a apagando, mientras su doble en las escenas de acción, Pitt, le acompaña como fiel escudero por sus periplos cinematográficos y, de alguna manera, vive en sus propias carnes las vicisitudes de un héroe de película. La segunda parte es la historia de Sharon Tate, actriz real que murió asesinada a manos de los fanáticos seguidores de Charles Manson. Era la pareja de Roman Polanski, y su asesinato sigue conmocionando.

Tarantino nos intenta contar los días previos a este suceso, y conviene conocerlo bien para entender el homenaje que le hace a esta joven actriz. Érase una vez en Hollywood ha dividido a la crítica: hay quien la ama y hay quien la odia. En esta sección nos parece una de las mejores películas del director de Tennessee, y curiosamente en la que está más contenido y no abusa de alguna de sus características principales, como los largos diálogos y las escenas musicales. Leonardo Di Caprio es un actor impresionante, Brad Pitt es eterno, y Margot Robbie es una de esas actrices destinadas a que el mundo se rinda ante ella, si no lo ha hecho ya. Un paseo por la historia del cine de la mano del amigo Quentin. Es un buen plan.

Por José Javier Martínez

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